martes, 16 de diciembre de 2008

POEMA DE NIDIA DELLA GIUSTINA


La aldea que habitamos tiene olor a muerte. Y nuestras mentes están obnubiladas.
El cielo mira y se retuerce de espanto. El suelo sufre de espasmos. Convulsiona.
Debe haber una flecha de luz que mate la maldad.
Un coro de ojos que mire más allá.
¡Basta! Gritan los ríos. ¡Basta! Imploran los bosques sin trinos.
A los que vienen a salvar, los llaman delirantes. Locos de atar.
A una voz los seres vivos
Piden por favor:
No más contaminantes
Para el aire vital
No más venenos
En los ríos y el mar
Compromiso de
Todos. Cordura.
En cada acción
Discernir si se quiere
La vida o la extinción.
Nidia Della Giustina

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