Encuentro previo a la exposición de los poemas.

Saludos y besos a todos.
Este espacio pretende la difusión de trabajos creativos elaborados por personas con talento, concientes de que la escritura debe ejercerse con responsabilidad y para eso hay que capacitarse en forma intensa y continua. Susana Lizzi agradece la confianza que depositan en ella y la calidez con que la han recibido en su vida literaria.
Almafuego
Entibian mi aliento las palabras.
Descansan los ojos ante el viento
que desprenden las miradas.
Se resquebrajan maderos insaciables,
resurgen las aves del silencio
y un quejido lento desdibuja
un manantial de luces y deseos.
Conquisto una sombra que me dobla
y refleja mi paso en el sendero,
atizo las brasas y al instante
crepúsculos abrigan otro fuego.
Navego sin rumbo por el ocre
y maldigo la espera del mensaje.
El tiempo se escurre lentamente
como un pabilo sediento, sin aire.
Coraza que quema y se defiende,
alma viva, ardiente en el encuentro,
imagen fulgurante de un pasado
que abriga nostalgias en su pecho.
Soy hija a veces de esa llama
que borra y crea un universo,
la encuentro en el latir de mi garganta
y enciende la vida entre mis dedos.
La tarde sin luz
Mirar lento.
Se encuentra callada
la tarde sin luz.
Vuela la brisa en silencio,
conmueve las cuerdas
de algún instrumento
que busca latidos bajo sus alas.
Un cuerpo se hace eco
de un sonido lejano,
los brazos elevan el alma
cubiertos de puro sudor
que lava el corazón herido
y ahoga los ojos.
La espera
Perdido momento
el ayer.
Descubrió el rostro de quien
rumbo a la vida
casi sin destino,
atravesó su primavera.
Luz que caminaba
cuando la luna sufría.
La vida miraba
con tres inocencias.
Pasado ruidoso.
Futuro cercano.
Arriba…
la espera.
En busca del vuelo
Suelto el amarre
entre aguas tibias,
caricias de espuma
llegan…
me mueven
y mecen mi luz
y mi tiempo.
Brota una isla
desierta, sin miedo,
callada de hambre
de lluvia…
Y el silencio la estremece
en busca del vuelo.
El ritmo señala
la marcha…
lenta.
Vibra un retoño
dormido
y despierta.
Sus brazos suben
y florecen.
Analía Viviana Duarte
Rumbo incierto
Perdido en un sin fin de preguntas
en un ayer que se escapa hacia el mañana
sin reconocerse quién es hoy
con la eterna y cavilosa certidumbre de la balanza.
Rumbo incierto que lo devora febrilmente
sin dar tregua a su cansancio humano
y no lo deja disfrutar su primavera.
Que caminaba solo se dio cuenta
cuando volvió la intriga a su cabeza
y ya nadie lo miraba.
Ir de a dos, eso es lo que quiere
¿Para qué un inmeso mar
si un pez debe nadar solo?
Aguas arriba, contra la corriente...las respuestas.
Haydeé Díaz